Mi madre dijo magia blanca, aunque pude leer en rostro como me mentía. Se lo hice entender, y ella bajó la mirada mientras comenzó a llorar. Fue difícil entenderlo, tenía muchos prejuicios hacia ese tema. Dejé de hablarle a mi madre por varios días porque sentía que era una persona malvada. Poco a poco me fui abriendo con ella, y logró explicarme bien qué era lo que hacía y por qué ganaba tanto dinero. Confesó que sabía mucho de brujería, y que era un don que tenía de herencia por lo que se le hacía más fácil manipular ciertas energías. Su madre, y la madre de su madre, trabajaron como brujas por años. Ella aprendió del oficio, además de tener cierto don natural, pero no quiso ejercerlo por temor. Confesó que de joven vio cosas que jamás olvidaría, y que no quería pasar por eso de nuevo, aunque no tenía opción. Por ello, se alejó de la brujería, y tuvo que volver para sustentarnos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario