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LA BRUJA DEL CEMENTERIO | AL CAER LA NOCHE | relatos EVD

No podía quitarme el rostro de la bruja del cementerio. Sus ojos eran completamente grisáceos y muertos, hasta me dio la sensación de que su boca se abrió más de lo normal. Solo fue un segundo, pero el peor segundo de mi vida. Las ollas de la cocina sonaron como si se hubieran caído. Me quedé inmóvil esperando a escuchar algo más. No sabía si se trataba de la bruja o de un ladrón. Quería que fuera lo segundo. Tomé un cenicero que tenía cerca y me acerqué a la cocina con pasos lentos para no hacer ruido. Al llegar a la cocina no había nadie, y eso me aterró aún más. Encendí la luz de la cocina y guardé las ollas, no comprendí como estaban en el suelo con todo cerrado porque las tenía guardadas. Sin encontrar lógica a ello, creí que lo mejor sería dormir y olvidarme de todo...




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