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Destrucción - Un relato de Ps Sselton

En esta ocasión les hago entrega de un relato por parte de nuestro autor Ps Sselton. El mismo es un fragmento de su libro "Prístino"




Es el momento, cuando todo gris se pone; los sonidos del infinito universo se mezclan en un estremecedor gemido. Irrumpe en el azul cuasi eterno, aquel rosa agrisado que anuncia al blanco. Y caen, cual lágrimas congeladas, las perlas de un bajo cero.

Con fuerza arrasa el cruel aire ventoso. El pasto se quiebra al paso del viento. El río desborda por el exceso de sangre de tierra. El ser intelectual grita por el fin de su filosofía. El gato maúlla, el lobo aúlla, el perro ladra, la vaca gime, el león ruge, los loros gritan, las ratas corren… El humano llora, se lamenta, cruje sus dientes y vocifera desesperado sus penurias.

La euforia provocada por el terrible suceso eleva a las almas al último peldaño de la impotencia, se alteran las funciones normales de la perfecta creación del cuerpo. El uno, muerto por la creación del uno mismo; el hombre, muerto por la creación del hombre mismo.

Cual un enorme trompo, el viento gira sobre la ciudad y la traslada al campo.

Arrasan las arenas de la costa olas de sangre con peces muertos, ilusiones de marinos, cantos de sirenas y barcos.

Al fin, el humano logró su objetivo; su intervención lo autodestruyó.

Apocalípticamente, el mundo se desangró para siempre.

Aparece en "Prístino", Buenos Aires, Editorial Letranova, 2018.

Autor: PS Sselton Instagram: https://www.instagram.com/ps.sselton/


Reseña "Destino el retorno infinito"




Destino el retorno infinito es la primera novela de Leno Bermúdez, escritor Uruguayo y muy talentoso.



Sinopsis: Dante está decidido a recuperar a su novia. Mientras busca la forma de hacerlo, descubre que todos los eventos que lo rodean son causa de un pasado alterado intencionalmente. Así, se verá inmerso en una aventura temporal en la que no solo deberá intentar asegurar la continuidad de nuestra especie, sino que también será testigo de la versión más oscura del ser humano.





Nuestro protagonista, Dante Sloan, se verá envuelto en varios eventos que cambiarán su vida de manera rotunda. Una historia de ciencia ficción muy bien fundamentada, con un romance prometedor. Dante será capaz de viajar en el tiempo, tanto al pasado como al futuro, pero no contaré más detalles de este tema para no arruinar la sorpresa.

Cosas a destacar: Este tipo de obras son complejas de diseñar, tengo que reconocer que al tratarse de viajes en el tiempo (tema que me encanta) busco errores argumentales o bucles, cosas que esta novela no posee. Se nota el trabajo fino de nuestro autor, que no solo la ha escrito de principio a fin, sino que además la ha revisado una y otra vez sin dejar cabos sueltos. Queda en evidencia que en cada palabra le ha puesto amor y dedicación.

De mi parte, recomiendo leer la obra dos veces, ya que en la segunda lectura se hará con otro gusto.

Puedes adquirir esta obra en Amazon, tanto en su formato digital como en físico: https://rxe.me/91PZPN


Adquiere el libro dando click en la imagen



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La melodía de la venganza

La melodia de la venganza es un cuento separado en tres momentos, cuenta una historia de terror y suspenso que se desarrrola en un antiguo bar. El fantasma de una moza que murió hace años ejecutará su propio juicio en cada uno de los empleados.






Esta obra solo está disponible en digital en amazon.

La melodía de la venganza


Si alguien quiere disfrutar de esta obra en audio libro, pueden contar con una interpretación de un excelente narrador: William Franco.

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Mal encuentro





Tiffany era una chica normal que vivía en el barrio Cordón, Montevideo, Uruguay. Tuvo la suerte de salir de licencia en medio de febrero, y si bien sus ingresos no permitían grandes vacaciones, ir a Buenos Aries a conocer no era algo lejos de su alcance. Abordó un Buquebus en la mañana del jueves, y llegó al mediodía siendo recibida por una prima. El encuentro fue, como se esperaban ambas, una charla de palabras cruzadas, unas tan rápidas como podían expresarlas. Llevaban diez años sin saber nada una de la otra, más que por breves mensajes de WhatsApp. Juntas fueron a la casa de su tía donde pasaron la tarde. En la noche, Tiffany paró a dormir en la casa de quien la recibió, pero apenas en la mañana, ambas ya estaban de pie para aprovechar el tiempo al máximo. Las horas fueron pasando, casi ni se percataron del paso del tiempo por lo emocionadas que estaban, para cuando dieron cuenta que el sol se había puesto. Era viernes, y tenían que disfrutarlo. Volvieron al departamento de la prima de Tiffany para arreglarse, se probaron toda la ropa que tenían, intercambiándose prendas una con la otra hasta dar en la tecla de cómo salir. Después de dos horas de intensa batalla con la moda, partieron rumbo a la zona bailable de la Costanera. Visualizaron distintos lugares desde fuera tratando de escoger el mejor, vieron uno, el cual las personas en la entrada se veían adecuadas a su estilo. Al entrar, los típicos oldies conquistaron sus oídos haciéndolas sentirse cómodas. Llegaron a la barra y entre mojito y mojito, el alcohol fue creando su efecto inhibidor. En dos horas las chicas hacían algo que creían que era bailar, pero era más un conjunto de pasos sin forma, con sonidos a risas ebrias. Entre canción y canción, dos muchachos se fijaron en ellas, a dúo fueron a buitrear ya de acuerdo con respecto a quien atacar. A Tiffany se le acercó un moreno de anchas espaldas, con la mandíbula cuadrada y una camisa abierta de tres botones que permitía ver una cadena de oro. De su prima se encargó el amigo del moreno, un rubio oxigenado al estilo alemán, con la piel tan blanca como muñeca de porcelana. Todo comenzó como lo predecible, entre baile y franeleo, algún trago más otra cosa. La temperatura aumentó entre los cuatro. Tiffany, si bien estaba ebria, sabía que esa no era su ciudad, era la mejor oportunidad de hacer algo de que lo se arrepentiría en el Uruguay. El fuego de la pasión brotó más y más entre Tiffany y el moreno, quien casi ni había consumido alcohol, o al menos no lo suficiente como para derrotarlo. Él con discreción la tomó de la mano para emprender viaje fuera del baile. Al salir, caminaron algunas calles y llegaron a un auto, un modesto Chevrolet Corsa, pero suficiente para lo que acontecería. Entraron en los asientos traseros, y entre besos y caricias fogosas, la acción comenzó, dentro del auto negro de vidrios polarizados y en la calle a oscuras. Tiffany estaba hecha una leona salvaje. Después de la previa de besos furiosos entre ambos se arrebataron partes de sus ropas, ni bien el moreno se abrió el cierre de su vaquero, ella no dudó en saborear el néctar. Comenzó a practicarle sexo oral fervientemente como si estuviera en un video porno, lo miraba a los ojos de a rato, mientras él disfrutaba como ella lo hacía. Cuando ella sintió el momento en que su miembro actuaría, lo retiró para recibir los fluidos en su rostro con una amplia sonrisa. El moreno, a pesar de haber finalizado, seguía con energías, así que la recostó sobre los asientos y la empotró con alma y energía.
A penas supo Tiffany como llegar el sábado en la mañana a lo de su prima. Tocó la puerta cerca de las 9:30, y tras una demora de siete minutos ella finalmente le abrió. Era difícil saber cuál de las dos tenía más ojeras o estaba más devastada. Tras una sonrisa cómplice, no fue necesario darse detalles para entender. Cada una a la cama, y recién a las 15:00 se levantaron, se contaron sus anécdotas, de cómo el moreno empotró a Tiffany y cómo el Alemán atendió a su prima. Sábado a la noche, las vacaciones terminaron, Tiffany partió en el Buquebus con un dolor de cabeza de los dioses, pero satisfecha del cambio de aire. Llegando el Domingo de madrugada, Montevideo, Tiffany tomó un taxi hacia su casa, y así terminaron las vacaciones.
Cuando se levantó en la mañana el dolor de cabeza continuaba, no era raro, ya no tenía 16 años como antes y las borracheras se sienten más a su edad. Limpió su casa y dejó todo pronto para comenzar sus obligaciones el lunes. Pero cuando terminó, fue directo al baño por un malestar que la tomó de sorpresa, estuvo un rato largo con fuertes vómitos. Tiffany fue a dormir después de un antiácido, se prometió no tomar tanto, pero cuando se levantó se percató de la verdad. No era necesariamente el alcohol lo que le pasó factura, tenía una gran alergia en su rostro, desde debajo del ojo derecho hasta el labio superior, jugando como un camino de hormigas, era conjunto de pequeños globos rojos e hinchados que le picaban y al rascarse más ardían, algunos segregaban un líquido extraño. En esas condiciones no iba a trabajar, así que partió en un taxi al hospital. Cuando se bajó del vehículo paró a vomitar en la calle, no sabía si era lo debilitada que la dejó la reseca o los nervios por la alergia, pero de ninguna manera se dejaría ver así ante sus conocidos. Entró a un médico de puerta que la revisó, pero él se apartó de ella, la miró con la seriedad de un juez tras resoplar. Había una mirada fría hacia ella que más nerviosa la ponía.

—Necesito que seas sincera conmigo —pidió atentamente el doctor.

—Sí, claro —contestó aterrada ella, pensando que le echaría culpa por drogas.

— ¿Tuviste relaciones sin cuidarte? —Insinuó él.
Lo blanco del rostro de Tiffany superaba la bata del doctor, sus labios jugaron del mismo color al instante, le había bajado la presión.

—Tranquila —dijo el doctor al posar la mano en su hombro —. Dime qué pasó.
Tiffany contó con detalle sus vacaciones en Buenos Aires, y cuando ella terminó, el doctor dio sentencia.

—Tienes parásitos en el rostro, que seguramente te los contagió la persona con la cual estuviste. Esos casos los reconozco muy bien, porque esos parásitos que tienes en el rostro y seguramente en tu interior, son pequeños gusanos casi imperceptibles a la vista que se encuentran en los cadáveres. Tuviste sexo con un necrófilo. Ahora necesito que hagas la denuncia para quitarte culpas legales, la necrofilia está penada, y vas a tener que demostrar que él te infectó y que no la practicaste.