Mi madre era una mujer imposible, pero tratar de comprenderla era una pérdida de tiempo. La última discusión que tuvo con mi padre fue un día en que él vino a casa. Le dejó el dinero de la cuota alimentaria, y le pidió que jamás lo buscara, que se olvidara de él, y que hiciera de cuenta que estaba muerto. A partir de ese momento, un sentimiento de despecho y rencor nació en mi madre. Le prometió que lo iba a pasar tan mal que iba a desear estar muerto. Mi padre se fue de la casa sin darle importancia, pero dentro de mi corazón, me latía que algo malo iba a pasar.
Con el correr del tiempo, mi padre comenzó con una serie de...
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