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AGUA DE CALZÓN 🔴 Historias de BRUJERÍA Real | Relatos EVD

A medida que pasaba el tiempo mi interés se pronunciaba, así que decidí investigar sobre el agua de calzón. Pregunté a algunos conocidos e investigué algo en internet. Confié más en lo que me dijeron las personas de boca a boca. Al tener claro los ingredientes, puse manos en acción. Tomé mi ropa interior y la coloqué en agua hirviendo, luego algunas especias. Prefiero no relevar los ingredientes para no entusiasmar a alguien a hacerlo. Con el agua lista, tenía entendido que no era necesario que la bebería, tan solo era cubrir algún regalo con ella. Así que compré una rosa y la dejé sobre el agua en la olla una vez que esta se enfrió. Cuando todo estaba listo, tomé una ducha, me coloqué perfume, aunque me vestí normal para tampoco llamar mucho la atención, y toqué la puerta de su casa. Ella abrió y se mostró algo sorprendida por mi visita, y le regalé la rosa. Se le escapó una sonrisa entre tímida y vergonzosa. Intercambiamos miradas por un momento, me quedé esperando una respuesta, pero no dijo nada...


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SAN LA MUERTE Y EL SICARIO 🔴 Historias Reales de la SANTA MUERTE 2023



Llegué a mi casa, dejé ofrendas a pesar de no ser un sábado y le recé a San La Muerte agradeciéndole por salvar mi vida y rogándole me mantuviera bajo su protección. De pronto, una cortina de aire apagó todas las velas del altar. Comencé a oír pasos en la sala de mi casa que poco a poco se acercaron a mí. Me giré apuntando mi arma, allí estaba. San La Muerte se me presentó de nuevo, pero esta vez con una extraña túnica roja que cubría su cuerpo. Caminó lentamente hacia mí, me señaló una de sus estatuillas, así que la tomé sin dudarlo. San La Muerte luego me señaló una ventana. Su mano era huesuda, al contrario de su rostro, la mano carecía totalmente de algo de piel o carne.



Historias de BRUJERÍA Real❌DESCUBRI QUE MI MADRE TRABAJA CON BRUJERÍA


Al terminar con la tarea salimos con mi madre. Subimos al coche y ella suspiró. Me observó sin decirme nada, pensé que había cometido algún error. Ella me preguntó si vi al anciano que estaba en la silla, y le respondí que sí. Al saber la verdad se me heló la sangre. El anciano era un espíritu que guiaba a mi madre. No supe cómo reaccionar, intenté decir alguna palabra, pero mis labios temblaban. Fue cuando ella me recordó su advertencia de antes, de que hay cosas que no tienen vuelta atrás. Nos quedamos unos momentos en el coche mientras esperaba que mis nervios disminuyeran....