Llegué a mi casa, dejé ofrendas a pesar de no ser un sábado y le recé a San La Muerte agradeciéndole por salvar mi vida y rogándole me mantuviera bajo su protección. De pronto, una cortina de aire apagó todas las velas del altar. Comencé a oír pasos en la sala de mi casa que poco a poco se acercaron a mí. Me giré apuntando mi arma, allí estaba. San La Muerte se me presentó de nuevo, pero esta vez con una extraña túnica roja que cubría su cuerpo. Caminó lentamente hacia mí, me señaló una de sus estatuillas, así que la tomé sin dudarlo. San La Muerte luego me señaló una ventana. Su mano era huesuda, al contrario de su rostro, la mano carecía totalmente de algo de piel o carne.
Historias de BRUJERÍA Real❌DESCUBRI QUE MI MADRE TRABAJA CON BRUJERÍA
Al terminar con la tarea salimos con mi madre. Subimos al coche y ella suspiró. Me observó sin decirme nada, pensé que había cometido algún error. Ella me preguntó si vi al anciano que estaba en la silla, y le respondí que sí. Al saber la verdad se me heló la sangre. El anciano era un espíritu que guiaba a mi madre. No supe cómo reaccionar, intenté decir alguna palabra, pero mis labios temblaban. Fue cuando ella me recordó su advertencia de antes, de que hay cosas que no tienen vuelta atrás. Nos quedamos unos momentos en el coche mientras esperaba que mis nervios disminuyeran....
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