Hablemos sobre las reseñas y la visibilidad. ¿Son importantes? Claro que sí, y por un motivo más que lógico; las reseñas ayudan al escritor a ser leído.
Es tan simple que veámoslo desde el punto de vista de un consumidor más que de un lector en específico. ¿Comprarías un libro que no tiene reseñas ni comentarios? Difícil, la manera en que un lector compre un libro sin reseñas, sin comentarios y de un autor desconocido (por lo menos para el lector) es que le atrape la portada, sea una sinopsis sugerente a nivel personal, o el título le llame mucho la atención porque le recuerda a otra novela o una película, o simplemente capturaste a ese tipo de lector en el momento justo. Supongamos que un lector encuentra un libro llamado “Los secretos de Anni” y tenga una hermana que se llama Anni, entonces, por una circunstancia totalmente particular podría adquirir el producto. Pero claro, esto es algo que no dominamos porque es un evento micro, y no macro. Si no sabemos lo que vamos a consumir y no tenemos referencia alguna es difícil que alguien se anime a lo desconocido porque sí; no imposible, porque hay gente como cualquiera que en su momento ve algo y los consume. Pero siendo sinceros, ¿vas a arriesgarte a gastar 3 dólares (o euros), en algo desconocido cuando tenés en frente algo recomendado? En pocos casi sí, en la mayoría no. Por eso para un autor independiente una reseña vale oro. También se podría llegar a pensar que una reseña negativa es mala, y no necesariamente. Aunque parezca contradictoria una reseña negativa, es una reseña, y da información de la historia y/o del autor que a su vez su intérprete del otro lado puede estar en desacuerdo o no. Ahora quiero que se hagan una pregunta y ejerciten su memoria. ¿Cuántos libros, películas o series consumieron por el mero morbo y/o curiosidad de saber si realmente es tan mala como dicen? Seamos honestos, hemos vistos varios capítulos de una serie que “asumimos” que no nos gusta y terminamos enganchados. El problema no es cuando la reseña es buena o mala, cuando es superficial o demasiado detallada, el problema es cuando no hay. Pero hablemos de cómo hacer una reseña.
¿Cómo hacer y cómo no hacer una reseña literaria?
No hay una fórmula o receta para hacer una reseña, debido a que es la opinión de un reseñador (que no necesariamente se dedique a reseñar) y sobre gustos no hay nada escrito. Yo lo que voy a explicar es como yo hago una reseña y por qué la hago de esta manera, y también voy a comentar cosas que he visto en reseñas que me agradan, y otras que no.
Yo cuando reseño un libro lo hago por dos razones.
1.- Leí el libro por mi cuenta porque lo saqué de la biblioteca, lo compré en Amazon o me los prestaron. Ese libro no tiene compromiso de reseña (sea de un autor independiente o de uno conocido) y puedo tomarme la libertar de reseñar sin obligación a una comunicación en privado.
2.- Un autor me solicita una reseña, que lógicamente este es independiente (Stephen King aún no me pidió mi reseña sobre algunas de sus obras, XD). Lo más común, que es lo que yo hago como muchos otros reseñadores, es recibir el libro sin costo, en pdf, e-book, ePub, o gratis en Amazon. El reseñador a cambio ofrece su reseña. Pero esto es un poco diferente al caso 1 porque es un intercambio. Yo, reseñador, pago tu libro con una opinión pública, por más comercial que suene, y tú, autor, me vendes tu libro a cambio de una reseña publica en lugar de dinero. Suena comercial o materialista, pero es la realidad. Porque yo como reseñador estoy consumiendo tu obra en lugar de elegir otra. Ahora, esto es un consejo, si tienes muchas ganas de leer X libro de tal autor, cómpraselo, no se lo pidas a cambio de una reseña. No es que esté mal, pero te atrapó y convenció, págale.
¿Qué es lo peor que le puedes hacer a alguien que te dio su libro para que lo leas? Y lo que viene son cosas que como autor lo veo, y evito hacer.
Si no eres consumir de su género no lo recibas por sentirte obligado. Aunque no lo crean, detrás de ese autor que realizó un serio trabajo escribiendo y corrigiendo, creando una portada o contratando a alguien, de construir un blog, hacer banners, y muchas otras cosas detrás, muy en el fondo de ese autor hay un niño escondido muy ilusionado esperando que leas el libro, y que te pongas a charlar con él de qué tanto te gustó. No destroces el corazón de ese niño, si eres lector de ficción histórica no aceptes su libro de terror. Si eres lector de thriller no aceptes su libro erótico. Un lector puede leer varios géneros, pero no leas algo que sabes que no cumple con tus gustos (a no ser que te decidas por salir de tu género) y que no te ilusiona. Sé honesto, como autores preferimos que nos digas “no, gracias, no me gusta este tipo de libros”. Ahí nosotros decimos un “ah, bueno” algo triste y en cinco minutos nos olvidamos. Pero si te comprometes y lees o no el libro, dejas al autor expectante. Como un niño que espera que lo vengan a buscar para ir a un cumpleaños, y nunca lo vienen a buscar. Recibes el libro, léelo. En lo posible, empieza a leerlo cuando lo recibas o dile al autor “estoy algo ocupado, en una semana o dos trataré de empezarlo”. Porque tampoco uno como reseñador puede dejar su vida para leer el libro de alguien, pero el que avisa no traiciona, simple comunicación. En serio, duele dar tu libro y que desparezca el lector.
Otra cosa muy importante es el valor de la reseña, yo cuando recibo un libro no hago reseñas inferiores a 4 estrellas. O son de 5 o son de 4. Ya 3 estrellas solamente bajas la media del autor. Si considero que el libro merece 3 estrellas o menos, realizo una devolución en privado explicando el por qué, pero no realizo la reseña de manera pública. Yo no lo hago, otros sí y no está mal, solo es mi criterio. ¿Por qué hago esto? Porque si le marcas al autor sus problemas de ejecución, tanto en la trama como en la técnica podrá mejorar su obra, dale esa oportunidad mejorar.
Cuando subo la reseña es sincera, lo que digo en público se lo digo al autor en privado. Seguramente en privado le comente alguna cosita que me haga ruido, no le encuentre sentido u otro motivo, y no lo diga en público, pero por un tema de que no puedo hacer spoiler, y porque hay cosas que son totalmente subjetivas. “Que a mí no me guste comer naranja, no significa que a ti tampoco”. Esos pequeños rasgos en privado vienen bien, porque le das al autor una noción de tu visión que él no tiene. Un ejemplo fue una lectora que me leyó una novela corta de terror, “La melodía de la venganza”, me ha dicho que le ha encantado, pero que no le gustó como describí a un personaje, dado que di el dato de que tenía 50 años, pero mis descripciones dieron a entender que tenía más de 60. Quizás algunos digan “¿qué tiene?”, “no es para tanto”, pero ese pequeño detalle me aportó, y mucho. Eso necesita el autor, comprender cómo recibes el mensaje. Dile que su personaje tenía 16 años y luego de 3 años tenía 21. Coméntale, que su protagonista dijo que estaba solo en la casa y de repente se puso a hablar con su madre. Son gestos tan pequeños como cuando tu mamá te saca una pelusa del hombro, pero suman.
Lo que nunca tienes que hacerle a un autor es el típico “me gustó”, “está buena la historia”. No hagas reseñas vacías que no aporten, no dejes con dudas a un lector por simplemente decir, “está bueno”. Porque quizás al principio se siente bien, pero es vacío. Dile al autor, que te atrapó el protagonista, que odiaste al asesino, que te enamoraste de Camila, que no entendiste la convicción de Cristián. Hazlo sin miedo, sin ruido, y si no le gusta no sabe recibir críticas. Si ves una falta de ortografía escríbele al privado, no es necesario en público, porque puede ser un problema de tipeo, “el famoso teclaso” o se le pasó al corrector. Ahora, si el libro tiene faltas evidentes y ya fue publicado hace mucho o ya es tercera o cuarta edición es otra cosa, allí valora qué estrellas le das y si es necesario dejarlo en vista o no. Personalmente las faltas, si bien las veo, tampoco me hacen mucho ruido, siempre y cuando no impida una lectura fluida, como sucede con los tildes que te cambian el tiempo de un verbo, como por ejemplo, “él cruzo, y él cruzó” Pero esto es relativo y cada uno le da valor a la obra. Algunos lectores son muy exigentes con el modo narrativo, otros son exigentes con la trama, pero esto va en boca del consumidor. Lo que, si bien no soy exigente en cuanto una ortografía extremadamente pulida, hay cosas que si exijo. Si me das tu novela recién publicada, vas a tener mi atención y te voy a estar escribiendo al privado por cada falta que tengas, porque siento que lo necesita el autor, y a mí me gusta que me lo digan. ¿O acaso no les pasó nunca de salir con el cierre abierto del pantalón? No es lo mismo que vengan a decirte al oído “tienes el cierre abierto” a que allá después de ir al super, ir a la peluquería, hablar con tu vecino, recién después de horas a alguien se le ocurra decírtelo. Y tampoco que te lo griten a los cuatro vientos y exhibirte. Esas son las cosas que quiero enfatizar a la hora de reseñar.
Pero también voy a hablar de un enemigo de los lectores: el reseñador complaciente.
“Me ha encantado, amé la historia, recomendada”.
Se entiende que si un libro agrada se reseñe con 5 estrellas y se puedan hacer ciertos aportes en privado al autor, pero no se vayan al otro lado. Cosa que es doloroso es ver reseñas bañadas en azúcar a punto de causar una diabetes, esas reseñas vacías y genéricas que con un copy/paste puede ser la reseña de un libro de cuentos infantiles y uno de terror de manera simultánea. Puede que hasta des a entender que no lo leíste y reseñaste por reseñar. Puede ser la reseña de cualquier cosa.
Pero también entiende que el lector la quiere disfrutar, no arruines su libro como he visto en reseñas detalladas que le harán sentir que ya consumió la historia.
“El libro me encantó, jamás pensé que en toda la novela creían que uno era el asesino cuando fue su padre, y nunca me esperé la muerte de Juan, me sorprendió”.
A ese tipo de reseñador: repudio total. Ojalá te compres un libro y te falten las últimas cinco páginas. Por eso es bueno, desde mi punto de vista, mostrarle tu reseña al autor antes. No es para conspirar en cómo hacerla, es simplemente para evitar un spolier. Es posible que el autor quiera dejar cosas en misterio y sin querer en tu reseña lo divulgues.
Tampoco hagas una reseña de un libro donde das a entender que te ha fascinado, que ha sido excelente, y muy bien ejecutado y bla bla bla, cuando en realidad hubo cosas que no te gustaron y hay evidentes problemas de ejecución. Entiende tu responsabilidad de lo que transmites, si haces una reseña de 5 estrellas que sea sincera, no generes en un lector una sobrevaloración para que después se arrepienta de leer la obra. Y quizás pienses que exagero, pero es “estafa” pero de ese tema prefiero que lean esta entrada (FRAUDE) donde se habla en más profundidad. Tampoco caer en amiguismo, uno sin maldad puede querer ayudar a un amigo o a un autor recién iniciado echando flores a su obra. De verdad, se nota más de lo que parece, y termina generando una visión en el lector de que “dice que esta buena porque es su amigo” y terminan rechazando su obra. Y no olvides, que si reseñas un libro y un lector gracias a tu comentario lo lee y no comprende porque realizaste una reseña tan buena o tan mala, comprometes otras reseñas que ya tienes o que hagas a futuro, perderás la credibilidad de tu trabajo.
Sobre gustos y objetividad
Tenemos que diferenciar nuestros gustos y ejecución. Hay que reconocer nuestros gustos personales sobre la realización de la obra, y con esto voy a que una historia puede que no te guste, pero no por ello sea mala, simplemente no es para ti. Ahora, sepan diferenciar las cosas. Si lees una novela que es de terror, en su título la fuente es de sangre; dice muerte, miedo, terror, etc., no te quejes de que fue horrorosa (en el sentido del género). Lo he visto, se han quejado de novelas de terror por ser muy crudas, he visto quejarse de novelas eróticas porque no tiene sentido que tengan tanto sexo (es erótica, y es su base). Y esto lo sé por experiencia propia de una persona que me reseñó con 1 estrella una novela de viajes en el tiempo llamada “30 de Febrero”. Son viajes en el tiempo, la confusión es parte fundamental, y esta persona se quejó de que era confusa. Pero bien, de vez en cuando una reseña mala ayuda, porque otras personas se acercan a ella para ver qué tan cierto es, y eso genera una duda que tienen que sacarse. Parece contradictorio, pero es real. El hombre tiene cierta naturaleza de normalizar lo bueno y resaltar lo malo. Bien sucede que un libro tiene 30 reseñas de 4 y 5 reseñas y la gente las mira por arriba, pero ven de 1 estrella o 2 y ¡chan!, se paraliza el mundo. Y esa reseña “negativa” resaltó tu obra y te ayudó. Tampoco abusemos, que si un libro tiene una media por debajo de 3 estrellas y solo reseñas de 1 y 2, da para pensar. La cuestión de esto es cuando el autor recién comienza. Una persona escribe su libro, la cual conlleva su trabajo, mucho, poco o mediano. Si le das una reseña de 1 o 2 estrellas al inicio acabaste de asesinar su obra. Y yo digo ¿para qué?. No es difícil escribirle al autor y decirle “mira, tienes estos problemas, esto está mal, esto no se dice”. ¿Es necesario hacer una entrada en un blog de que un libro es horrible? Quizás en algunos casos es un click bait para que el lector compre el libro y se saque la duda, pero no es muy honesto, no hagan eso. Tampoco comentar un libro para decir “es horrible”. No aporta, habla sobre su ejecución, su trama, sobre sus personajes y por qué no te gustó. Y sepan diferenciar lo bueno de lo malo. La novela puede estar bien narrada, pero la historia ser floja; como la novela puede estar mal narrada, y la historia ser fantástica.