Con mi esposa tomamos la decisión de irnos, y allí todo se arruinó. Mi suegra nos exigió que permaneciéramos allí, que se iba a quedar sola en la casa y que si le pasaba algo sería nuestra culpa, pero esas amenazas solo sirvieron para huir de allí. Queríamos una vida normal. Un matrimonio solo, en intimidad, como corresponde.
Y aquí viene lo extraño. Con mi esposa siempre tuvimos una buena relación, y si peleábamos era por tonterías, nada que no se resolviera en el día. Pero desde que nos fuimos a vivir solos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario