No dijo nada de que vio en esa tirada, nos pidió que esperáramos en su casa y salió. 30 minutos después regresó con dos colegas, y nos explicó que tendría que hacerle un exorcismo. Aún no olvido la imagen de mi hermano, parecía un niño enfermo en el hospital diciendo que si a todo. Confió en ellos y no cuestionó nada al respecto. El chamán me pidió que me quedara, aunque en cierta distancia. Entre sus colegas comenzaron a realizarle una limpia. El chamán tomó una rama que no tengo idea de que era, y frotaba sus hojas por el torso desnudo de mi hermano. Mientras lo hacía, fumaba un habano y bebía tequila. Pero, cada calada de humo que le daba se lo devolvía al cuerpo de mi hermano, y el tequila al ponerlo en su boca lo escupía rociando el torso de Luis...
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